Futbol es Futbol

De nuevo domingo y otra jornada mas de la “Madrugins League”, mas concretamente la 10ª, enfrentando al Atomic contra el Templo Del Cel en el campo de Anoeta.

Partido importantísimo para las aspiraciones de los del Valles, cosa que dejo muy clara la directiva del club, programando la concentración del equipo una hora antes como viene siendo habitual, pero obligando a todos los jugadores (a excepción de Tytopolidis) a formar parte de la expedición del club, nada de desplazarse cada uno con su vehiculo. De esta forma, la directiva trataba de unir el equipo, de hacer piña, en vistas del transcendental encuentro.

El club se congratulaba por la vuelta a los terrenos de juego de Juanito “El Gallego” Ariza, el jefe del medio campo, tras varios meses fuera de la convocatoria por una lesión de tobillo, cosa que hacia aumentar la moral de los jugadores, muy fortalecida por la racha de buenos resultados. El punto negro del día lo ponía Tytopolidis, que causaba baja por culpa de la selección griega. Este hecho no tendría que pasar de una simple anécdota, pero las estadísticas eran contundentes: las dos únicas derrotas en liga fueron los dos únicos encuentros donde no jugaron juntos los dos pichichis del equipo, Tarifa y Tytopolidis. ¿Casualidad?, ¿coincidencia?, ¿podrá ganar el equipo sin Tom (o sin Jerry)?.

La jornada comenzó con total normalidad: visita rápida a los vestuarios, la directiva ultimaba la alineación titular, Juanito reforzaba con vendas su maltrecho tobillo, se respiraba un ambiente de tranquilidad y optimismo,. . . A continuación, los jugadores tomaban rumbo al campo designado por la organización para disputar el encuentro, que de nuevo y para no variar se trataba de Anoeta. Una vez allí comenzaba el calentamiento: un poco de estiramientos -los justos y necesarios-, unas cuantas carreras –menos de las necesarias-, bicicletas, regates raros, tiros a puerta –incluidos los balonazos al portero de turno, en este caso Jabo-, hasta que finalmente hizo presencia el colegiado del partido.

El quinteto inicial estaba formado por Jabo en la portería, Peluinho y Davids atrás, Sillo y Tarifa en punta; mientras que en el banquillo se quedaban Juanito -recién recuperado de su lesión- el capitán Fae, y Carol, que aun no ha conseguido debutar con el equipo. Y de este modo daba inició el encuentro. Los del valles empezaron fríos, con poco toque y con menos agresividad, mientras que el Atomic, un equipo mucho mas veterano pero de menos calidad, trenzaba jugadas y creaba varias ocasiones de gol. Poco a poco, el Templo conseguía remontar el vuelo y asentarse en el partido, a la vez que comenzaba a acosar la meta rival. Un rechace del portero rival, tras una falta lanzada por Tarifa, daba lugar a un barullo en el área que después de múltiples tiros a puerta, acababa inexplicablemente en corner. Afortunadamente para los locales, la siguiente jugada acababa en gol de Davids, tras materializar un pase de Tarifa. Aunque la alegría le duro poco al Templo. A los dos minutos, un error defensivo ponía el empate en el marcador. Las cosas no acababan de funcionar y Tarifa cedía su puesto a Juanito, volviendo a pisar el césped tras un largo periodo de inactividad. De esta manera se conseguía más toque y más posesión en el centro del campo, cosa que el equipo –y la grada- agradecía. Poco tiempo después, Sillo remachaba una bola suelta en el área rival, poniendo el segundo gol en el casillero y dando algo de tranquilidad a su equipo. Sin ninguna incidencia más concluía el primer tiempo.

La primera parte dejo un sabor agridulce, pues se alternaron claros y sombras en el juego de los locales. En el descanso se produjo el cambio Sillo por Fae, con la intención de finiquitar el partido.

Una vez comenzada la segunda mitad, se podía comprobar que la dinámica del partido era la misma, alternando grandes jugadas con momentos de confusión y de mal juego. En uno de esos momentos de lucidez se repitió una jugada calcada a la del primer tiempo: barullo en el área, varios tiros, muchos rechaces, cada vez mas jugadores amontonados en la meta rival, ... y la misma conclusión, con el balón saliendo inevitablemente por la línea de corner. El Templo seguía marrando ocasiones, perdonando la vida y el partido al Atomic. Pero un nuevo pase de Tarifa, que O’Bolita Baixinha se ocupaba de enviar al fondo de la red, daba tranquilidad al equipo, poniendo el 3-1 en el luminoso. Aunque el partido dura lo que duran los 90 minutos . . . y los chicos del Templo se relajaron de forma desmedida, mas de lo necesario. Aunque la suerte y la fortuna acompañaron al Atomic de forma igualmente desmedida. A falta de 7 minutos para la conclusión del partido, una falta mal lanzada, tan mal lanzada que hubiera acabado en fuera de banda, golpeó en la espalda de un despistado delantero rival y que desafortunadamente acabó en gol. Para el tercero, la diosa Fortuna acompañaba nuevamente al Atomic. El rechace de un tiro blocado por Peluinho acababa en las piernas de un delantero, que solo ante el portero únicamente tenia que empujar la bola. 3-3 en el marcador. El Atomic aun veía la victoria plausible, mientras que los del valles, cada vez mas hundidos y desconcentrados, no daban crédito a lo que veían sus ojos. El partido incompresiblemente se les escapa. La desconcentración llegaba a tales cotas, que un pase errado en el centro del campo, acababa con el cuero en el fondo de la portería. El Templo estaba hundido. Con el quinto gol se acababa el partido y la agonía de los locales.

“Fútbol es fútbol”, como diría el mítico entrenador Boskov. A veces te acabas llevando un partido que, por juego, no mereces; a veces el rival te quita los 3 puntos con un penalti inexistente; otras veces simplemente echas por la borda un partido que ya estaba ganado. Esta es la injusticia –o la grandeza, según se mire- del fútbol. Esta vez le toco la peor parte al Templo, que en los últimos 7 minutos, desperdiciaba la ocasión de ponerse segundo en la clasificación. Lo único bueno a destacar fueron los momentos de buen fútbol –pocos pero muy buenos- que auguran un optimista final de temporada para el Templo del Cel.

#Peluinho, con la inestimable colaboración de Jabo #